En una decisión que refleja el rumbo ideológico del Gobierno, Javier Milei celebrará este 9 de julio el cierre de más de 70 organismos público, bajo el relato de “liberar al Estado”.
El presidente Javier Milei convocará a un evento oficial para conmemorar el vencimiento de las facultades delegadas que el Congreso le otorgó durante su primer año de mandato. Pero no será una ceremonia institucional: será un acto para celebrar el desmantelamiento de organismos públicos, acompañado por los funcionarios que llevaron adelante ese proceso.
El evento fue confirmado por el ministro de Desregulación y Transformación del Estado, Federico Sturzenegger, quien señaló que el festejo será “para toda la gente que trabajó en esto”. La fecha elegida, el Día de la Independencia, no es casual: en el discurso oficial, representa la “liberación” del Estado de su propia estructura.
La crueldad se festeja
El vocero presidencial, Manuel Adorni, anunció este lunes el cierre de la Dirección Nacional de Vialidad. La medida llega días antes del evento y se suma a una larga lista de instituciones eliminadas, entre las que se encuentran el Instituto Nacional del Cáncer, el INADI, el Instituto Nacional de Medicina Tropical y la Comisión Nacional de Regulación del Transporte, entre otros.
La celebración se dará en un contexto donde el Gobierno eligió mostrar como un logro político el vaciamiento de áreas del Estado que, hasta hace pocos meses, llevaban adelante políticas públicas en salud, cultura, transporte, ciencia, seguridad vial, inclusión y derechos humanos.
Según Sturzenegger, unas 200 personas asistirán al acto en Casa Rosada. Todos pertenecen al Ministerio que él encabeza, creado especialmente para llevar adelante la tarea de desregulación y que ahora busca institucionalizarse con rango ministerial permanente.
¿Qué organismos cerraron durante el gobierno de Milei?
En sus redes sociales, Sturzenegger difundió un extenso listado de más de 70 organismos, fondos fiduciarios e institutos que fueron cerrados, absorbidos o reconvertidos. La Dirección de Vialidad, la Agencia de Seguridad Vial, la CNRT, el Instituto Nacional del Teatro, el Instituto Nacional de la Agricultura Familiar, el Museo Nacional de Bellas Artes, el Instituto Nacional del Agua, y hasta el Programa Progresar figuran entre ellos.
También se eliminaron decenas de fondos fiduciarios vinculados a salud, educación, producción y derechos humanos. Entre ellos, el Fondo para la Vivienda Social, el Fondo Fiduciario de Capital Social (FONCAP), el FONDEP y el FISU. En muchos casos, los organismos no fueron reemplazados ni absorbidos, sino directamente disueltos, sin una estrategia clara de transición.
Preocupación por el rumbo institucional
El fin de las facultades delegadas marca un nuevo momento para el Ejecutivo, que perderá herramientas para seguir legislando por decreto. Pero lejos de mostrarse preocupado, el Gobierno redobla la apuesta con una celebración que exhibe el cierre de organismos como una victoria ideológica. El relato oficial transforma el vaciamiento del Estado en un símbolo de independencia.
Las consecuencias prácticas de estas decisiones aún están por verse. Pero el tono festivo con el que se comunica el desmantelamiento de políticas públicas genera inquietud en sectores sociales, académicos y sindicales. La pregunta que emerge es inevitable: ¿puede celebrarse como una conquista el retroceso de derechos, la pérdida de institucionalidad y la eliminación de áreas estratégicas del Estado?
