El presidente Javier Milei rompió el silencio tras el escándalo de las coimas en la Agencia Nacional de Discapacidad que involucra a su hermana Karina. Mientras insiste en que se trata de una campaña de desprestigio de “la casta”, los audios filtrados y las contradicciones internas del Gobierno generan incertidumbre a días de las elecciones.

Tras el papelón en Lomas de Zamora y en plena campaña electoral, el presidente Javier Milei se refirió por primera vez al escándalo de las coimas en la Agencia Nacional de Discapacidad (ANDIS), que involucra directamente a su hermana Karina Milei. El mandatario calificó las denuncias como “barbaridades inventadas” por “la casta” con el objetivo de perjudicar su gestión a días de los comicios.
Los audios de Diego Spagnuolo, ex titular de ANDIS, desencadenaron una crisis para el Gobierno libertario, probablemente su momento más vulnerable desde que asumió. Según las grabaciones, Karina Milei y Eduardo ‘Lule’ Menem serían los protagonistas de un esquema de corrupción mediante el cual cobraban coimas a laboratorios a cambio de contratos estatales para la compra de medicamentos.
El silencio inicial de Milei y los errores de estrategia
Tras la filtración de los audios, la Casa Rosada tardó varios días en reaccionar. La primera medida fue despedir a Spagnuolo, mientras mantenían un silencio absoluto esperando que la controversia se disipara. Sin embargo, esa estrategia resultó contraproducente, y el Ejecutivo intentó vincular al ex funcionario con Victoria Villarruel y supuestas operaciones políticas internas de la vicepresidenta, un movimiento que terminó siendo el segundo error.
El jefe de Gabinete, Guillermo Francos, fue uno de los primeros en señalar a Villarruel, pero debió retractarse rápidamente: Spagnuolo tenía más vínculos con el presidente Milei y su candidato José Luis Espert que con la vicepresidenta.
En paralelo, Martín y ‘Lule’ Menem negaron las acusaciones, sentando las bases de la estrategia final del Gobierno: culpar al kirchnerismo de una “opereta” con fines electorales.
Milei reafirma la defensa en evento oficial
Durante su presentación en el Consejo Interamericano de Comercio y Producción, el presidente Milei retomó la defensa oficial. “En nuestra campaña inventaron salvajadas de venta de candidaturas, que íbamos a habilitar la venta de órganos, que permitiríamos que los niños compraran armas por internet. Se cansaron de decir todo tipo de barbaridades”, declaró, reforzando que la polémica es “otro ítem en la larga lista de artilugios de la casta”. Además, agregó que será la Justicia la encargada de determinar responsabilidades.
Por su parte, el vocero presidencial Manuel Adorni reapareció después de días sin declaraciones y sostuvo que los audios “no son casualidad, salieron a la luz a dos semanas de las elecciones en la provincia de Buenos Aires”. Adorni buscó blindar a Martín y Eduardo Menem, asegurando que “no tuvieron vínculo alguno con esas contrataciones”.
El jefe de Gabinete apunta a Spagnuolo
Guillermo Francos también defendió a Lule Menem, calificándolo como una persona “irreprochable” y de confianza. Sin embargo, apuntó directamente a Spagnuolo: “No sé si era cercano, pero lo conoce al Presidente y ha ido varias veces a reuniones en Olivos. Si el Presidente confiaba en él, no debió haberlo hecho”, afirmó.
Esta posición genera confusión: el Gobierno busca sembrar dudas sobre la autenticidad de los audios, mientras despide al autor de los mismos. Así, la estrategia oficial deja en el aire una pregunta clave: ¿Spagnuolo cometió un delito por denunciar la corrupción o simplemente formó parte de una opereta?
Incertidumbre a días de las elecciones
Una semana después de la filtración, el escándalo sigue generando interrogantes. Mientras el oficialismo insiste en que se trata de una campaña de desprestigio, la población y los actores políticos esperan que la Justicia defina responsabilidades. Por ahora, la combinación de defensas fragmentadas y acusaciones cruzadas mantiene al Gobierno de Milei en su momento más crítico desde su llegada al poder.