El CEO de Mercado Libre, Juan Martín de la Serna, advirtió sobre la amenaza que representan las plataformas chinas Shein y Temu para el comercio argentino. Denunció la falta de regulaciones, la evasión impositiva y el riesgo de destrucción de miles de empleos locales. “Le estamos dando trabajo a las empresas chinas, no a los argentinos”, alertó.

El avance de las plataformas chinas Shein y Temu encendió las alarmas en el comercio digital argentino. En un contexto de recesión, desempleo creciente y caída del consumo interno, el CEO de Mercado Libre, Juan Martín de la Serna, lanzó una dura advertencia sobre el impacto económico y social que podría generar el desembarco masivo de estos gigantes asiáticos en el país.
Durante su exposición en la conferencia anual de la consultora ABECEB, el ejecutivo fue tajante: “Es importante que los países regulen de alguna manera, porque el 90% del volumen de Mercado Libre lo hacen comercios, pymes o vendedores locales”. La frase resonó entre los empresarios presentes como una señal de alarma.
De la Serna apuntó directamente contra las condiciones en las que operan las apps extranjeras: “Cuando uno abre indiscriminadamente a algún asiático o chino, te manda un producto por barco que tarda 25 días, y cuando llega, no sabés cómo devolverlo ni cómo reclamar. En realidad, le estás dando trabajo a las empresas chinas, no a los argentinos”.
El empresario advirtió que, además de generar una competencia desleal, estas plataformas se mueven por fuera del marco fiscal argentino. “Es muy difícil cobrarles impuestos”, aseguró, dejando entrever que mientras los vendedores locales cumplen con cargas impositivas, las aplicaciones extranjeras aprovechan vacíos legales para operar sin las mismas obligaciones.
Aunque el impacto todavía es moderado en Argentina, De la Serna reconoció que en otros países de la región el fenómeno ya es devastador. “En Brasil y México nos obligaron a ser más agresivos y a enfocarnos en mercados donde la competencia es directa”, sostuvo. Y agregó una definición inquietante: “Sin regulaciones claras, no se trata solo de comercio: se trata de soberanía económica”.
Las palabras del CEO llegan justo cuando el desembarco chino se consolida. A partir de diciembre, China Eastern Airlines inaugurará una ruta directa entre Shanghái y Buenos Aires para transportar paquetes de Shein y Temu. Con casi 20.000 kilómetros de distancia y más de 26 horas de vuelo, será la conexión comercial más larga del mundo.
Aunque oficialmente se trata de un vuelo de pasajeros, su objetivo real es logístico: agilizar el envío de millones de compras online que hoy saturan los sistemas postales. Según el medio Ámbito, esta nueva vía reducirá los costos de transporte y consolidará un corredor de comercio electrónico directo con Sudamérica.
El crecimiento de Shein y Temu es imparable. Solo en el primer semestre de 2025, las compras de vestimenta a través de portales chinos alcanzaron los 408 millones de dólares, un incremento del 260% respecto al mismo período de 2024. Detrás de esas cifras, sin embargo, se esconde una amenaza para el trabajo argentino.
Con precios imposibles de igualar y campañas de marketing agresivas, las dos plataformas lograron seducir a millones de consumidores, especialmente jóvenes. Videos virales muestran “haul” de ropa y accesorios a precios irrisorios, mientras las empresas ofrecen descuentos de hasta el 90% y envíos gratuitos.
Pero ese fenómeno tiene un costo: detrás del “boom” de las compras chinas, el sector textil nacional y las pymes ven cómo se agranda la brecha. Fabricantes y comerciantes advierten que la avalancha de productos importados podría dejar miles de puestos de trabajo en riesgo, especialmente en talleres, fábricas de indumentaria y emprendimientos familiares.
“Competir está bien, pero no en condiciones tan desiguales. Si seguimos así, las pymes locales van a desaparecer”, alertó un empresario textil presente en la conferencia, que pidió mantener el anonimato.
De la Serna cerró su intervención con un mensaje contundente: “Es urgente que haya reglas claras. Sin un marco regulatorio justo, lo que se destruye no es solo el comercio digital argentino, sino también miles de fuentes de trabajo que sostienen a nuestras economías regionales”.
Mientras Shein y Temu preparan su vuelo directo a Buenos Aires, el debate apenas comienza. En el horizonte se asoma un nuevo desafío para la economía argentina: competir con gigantes globales que, amparados en la desregulación y el consumo low cost, amenazan con desmantelar la producción nacional desde una pantalla.