La presión de Trump sobre Javier Milei pone en duda la continuidad de la quita de retenciones. El Tesoro norteamericano exige que la medida finalice el 31 de octubre, mientras China aprovecha la ventana para asegurarse más de un millón de toneladas de soja argentina.

El secretario del Tesoro de Estados Unidos, Scott Bessent, a pedido de Donald Trump, adelantó que su país trabaja junto al gobierno de Javier Milei para poner fin a la quita de retenciones luego del 31 de octubre. La declaración sorprendió por el nivel de injerencia directa en la política de comercio exterior argentina, incluso antes de la firma del esperado paquete de salvataje financiero. El mensaje fue interpretado como una señal clara: los productores deben apurar la liquidación de divisas bajo la amenaza de que el beneficio será transitorio.
En su publicación en la red social X, Bessent fue contundente: “Estamos trabajando con el gobierno argentino para poner fin a las exenciones fiscales para los productores de materias primas que conviertan divisas”. Diversos actores del sector agropecuario consultados por este medio coincidieron en que se trata de un pedido explícito para que regresen los derechos de exportación. Cabe recordar que la medida de exención anunciada por el Gobierno lleva poco más de 24 horas en vigencia.
El planteo del Tesoro norteamericano suena a una “apurada” para que los productores liquiden rápidamente y refuercen el ingreso de dólares. En este esquema, Estados Unidos busca condicionar los tiempos del campo argentino y presionar para que los flujos de divisas se alineen con sus propios intereses. Todo indica que el paquete de asistencia financiera estará atado al cumplimiento de estas condiciones. Las retenciones, en este sentido, pueden ser solo el comienzo de una lista de exigencias.
El pedido de Trump
El impacto internacional de la medida exigida por el gobierno de Donald Trump no tardó en llegar. Distintas fuentes del mercado agrícola revelaron que China, el mayor importador mundial de soja, reorientó sus compras hacia la Argentina tras la eliminación temporal de las retenciones. El cambio de reglas volvió competitivos los precios locales frente a la oferta internacional, y en apenas horas los compradores chinos reservaron alrededor de 20 cargamentos, equivalentes a más de un millón de toneladas de soja argentina, según confirmaron operadores a El Destape.
Este giro se explica por la guerra comercial entre China y Estados Unidos. Con un arancel del 50%, la soja norteamericana resulta demasiado cara para los compradores chinos. Así, la decisión de Milei abrió una ventana de oportunidad inmediata para el agro argentino. Sin embargo, Washington no está dispuesto a que Beijing aproveche esa ventaja y presiona para clausurarla cuanto antes.
La incertidumbre del campo argentino
El interrogante ahora pasa por la reacción de los productores locales. Una opción es liquidar ya para asegurarse el beneficio vigente hasta el 31 de octubre, conscientes de que el Tesoro estadounidense marcó la fecha límite. La otra posibilidad es apostar a la especulación: esperar una eventual devaluación del tipo de cambio si el Gobierno enfrenta un revés electoral.
En cualquier caso, el “veranito” generado por el acuerdo con Estados Unidos puede inclinar la balanza hacia una liquidación acelerada. Lo que queda claro es que la política comercial argentina quedó nuevamente atravesada por la disputa entre las potencias y los intereses de los grandes jugadores internacionales.