El gobierno de la provincia de Buenos Aires oficializó una inversión que apunta directo a uno de los problemas estructurales del territorio: el manejo del agua.

A través de una resolución publicada en el Boletín Oficial, el Ministerio de Infraestructura y Servicios Públicos dispuso una reasignación presupuestaria de $8.810 millones para financiar obras hídricas en Mechita, Bragado, Alberti y Morón.
La medida, firmada por Gabriel Katopodis, direcciona los fondos a la Dirección Provincial de Hidráulica, que tendrá a cargo la ejecución de dos proyectos. El primero se enfoca en la mejora de los desagües pluviales en Mechita y en los partidos de Alberti y Bragado, una zona que históricamente convive con inundaciones rurales y urbanas, especialmente en temporadas de lluvias intensas. El segundo tiene como objetivo la puesta en valor del sistema de bombeo de napas en Morón, una infraestructura clave para evitar anegamientos en áreas densamente pobladas.
Los recursos se distribuirán en dos partidas: $5.510 millones en un primer tramo y $3.700 millones en un segundo, dentro del presupuesto prorrogado para 2025. La obra hidráulica, en este caso, no solo implica inversión sino priorización territorial: son proyectos que buscan reducir riesgos ambientales y sostener niveles básicos de seguridad urbana y productiva.
Desde la cartera de Infraestructura señalaron que las intervenciones se realizan en coordinación con la Subsecretaría de Recursos Hídricos, con el objetivo de acelerar plazos y evitar demoras en zonas donde el impacto climático tiene efectos directos sobre viviendas, caminos rurales y actividad económica.
Obras de este tipo suelen ser silenciosas, poco visibles hasta que resuelven —o evitan— una emergencia. Pero en una provincia atravesada por ríos, cuencas y suelos sensibles, cada metro de desagüe o cada bomba que funciona es una decisión de política pública que se mide en tiempo, agua y territorio.