La Casa Rosada endureció su discurso tras la filtración de audios atribuidos a Karina Milei que la justicia prohibió difundir en Argentina. Javier Milei acusó a periodistas de “espionaje ilegal”, respaldó la censura judicial y desató una fuerte polémica por el avance oficialista contra la libertad de prensa.

El presidente Javier Milei redobló su ofensiva contra la libertad de expresión al acusar a periodistas de integrar “una red de espionaje ilegal” tras la difusión de audios atribuidos a Karina Milei, prohibidos en Argentina por orden judicial. La escalada política suma tensión a la polémica por el presunto escándalo de coimas en discapacidad que involucra a funcionarios del Gobierno.
Los audios que le quitan el sueño a los Milei
La reacción de Milei se produjo luego de que medios uruguayos difundieran fragmentos de conversaciones en las que la secretaria general de la Presidencia, Karina Milei, menciona a Martín Menem, presidente de la Cámara de Diputados. La justicia federal, a pedido de la Casa Rosada, había ordenado el bloqueo de estos audios en el país.
“A cada paso sigue quedando en claro la red de espionaje ilegal de la que un grupo de periodistas ha sido parte”, escribió el mandatario en redes sociales, apuntando directamente contra Jorge Rial y Mauro Federico, quienes revelaron parte del contenido en sus programas de Radio 10, Carnaval y C5N.
Milei aseguró que “estos espías disfrazados de periodistas” buscan desviar la atención y lanzó una advertencia: “No están por encima de la ley. Se creen impunes y no lo son”.
La estrategia de Martín Menem
El líder libertario replicó una publicación de Martín Menem, quien calificó la filtración como “un intento deliberado de desestabilización” en plena campaña electoral.
Uno de los audios difundidos muestra a Karina Milei afirmando: “Hay que estar debajo de Martín”, “Martín es el que tiene la información”, en referencia a su primo, titular de Diputados. Según Menem, la grabación sería “ilegal” y habría ocurrido en su despacho, no en Casa Rosada, como había señalado el juez Alejandro Maraniello.
“Quiero aclarar que ese audio, en el hipotético caso de que fuera real, pareciera haber sido grabado de manera ilegal en la Presidencia de la Cámara”, sostuvo Menem. Aseguró además que estos encuentros buscan “coordinar la labor parlamentaria” y que Karina Milei participa en ellos “para aportar conducción política”.
Escándalo de coimas y “operaciones de inteligencia”
El dirigente libertario denunció que las filtraciones son parte de una campaña de “difamación” vinculada a la causa que investiga presuntas coimas entre el extitular de la ANDIS, Diego Spagnuolo, empresarios privados, Karina Milei y Lule Menem. Para el oficialismo, se trata de “operaciones de inteligencia ilegal” impulsadas por la oposición.
Milei defiende la censura judicial
El presidente Milei fue más allá al respaldar la medida cautelar que prohíbe difundir nuevos audios, pese a las críticas de juristas y organizaciones de derechos humanos que señalan una grave vulneración de la libertad de expresión.
Con su denuncia de “espionaje ruso-venezolano” contra el Gobierno, Milei reforzó la narrativa de Patricia Bullrich, ministra de Seguridad, sobre una supuesta trama internacional contra la administración libertaria.
El mandatario cerró su mensaje con tono intimidante: “No están por encima de la ley. Se creen impunes y no lo son. Fin”.
Lilia Lemoine pide cárcel para periodistas
La diputada Lilia Lemoine se sumó al coro oficialista contra la prensa y criticó la difusión de los audios desde Uruguay. “Ojalá que lo hagan así Jorge Rial y Mauro Federico van presos por traición a la patria”, lanzó en redes sociales.
Lemoine defendió a Karina Milei, afirmando que “ahí no hay corrupción” y que la filtración constituye un delito. “No son periodistas, son espías y extorsionistas”, disparó.
La legisladora subrayó que la conversación de la secretaria general de la Presidencia era privada y que no se puede grabar a un funcionario dentro de Casa de Gobierno. “No era una fiesta donde había gente drogándose”, ironizó.
Un clima de tensión creciente
Las acusaciones de espionaje, la censura judicial y los ataques oficiales a periodistas reflejan un clima de creciente tensión entre el Gobierno y los medios de comunicación. Mientras la investigación por presuntas coimas avanza, el oficialismo busca blindarse con un discurso que apunta contra la prensa y la oposición.
La polémica pone a prueba las garantías constitucionales de libertad de expresión en Argentina y abre interrogantes sobre el rol del Poder Judicial en la protección de derechos fundamentales.