La inflación baja, pero los números en las familias argentinas no cierran.

La inflación de las y los trabajadores alcanzó un 2,9% en noviembre, según el último informe del Instituto de Estadística de los Trabajadores (IET) de la Universidad Metropolitana para la Educación y el Trabajo (UMET) y el Centro para Concertación y el Desarrollo (CCD). Con esta cifra, el acumulado anual llega a un alarmante 123,3%. Además, el informe revela que el 43% de los trabajadores se encuentran por debajo de la línea de pobreza, mientras que la desocupación afecta al 77,8% de la población.
Este panorama se agrava cuando se considera la pobreza en general. Según el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (Indec), en el primer semestre de 2024, el 52,9% de la población vivió por debajo de la línea de pobreza, lo que representa un aumento del 11,2% respecto al 2023. En cuanto a la indigencia, la cifra alcanzó el 18,1%. Estos datos ponen en evidencia la creciente desigualdad en el país, que se refleja especialmente en los trabajadores.
La desaceleración de la inflación y sus consecuencias
Por otro lado, el Índice de Precios al Consumidor (IPC) publicado por el Indec muestra una variación mensual del 2,4% en noviembre, acumulando un 112% en lo que va del año. Sin embargo, aunque la inflación general muestra señales de desaceleración, la situación de los servicios públicos sigue siendo crítica. Desde la asunción de Javier Milei, los precios de servicios como la electricidad, el gas, el agua y el transporte triplicaron la inflación.
En este sentido, los servicios registraron un aumento del 4,4% en noviembre, mientras que los bienes tuvieron un alza del 1,6%. Este fenómeno genera un impacto directo en los bolsillos de los trabajadores, quienes enfrentan aumentos desmedidos en servicios esenciales.
Nueva metodología de medición y sus implicancias políticas
Finalmente, es importante señalar que la metodología actual para medir la inflación, vigente desde 2004, no refleja con precisión los patrones de consumo actuales. Por ejemplo, el consumo de carne ha caído a niveles históricos, mientras que las familias consumen más electricidad debido al uso de nuevos aparatos electrónicos.
En este contexto, el Gobierno nacional anunció una actualización de la canasta básica del IPC, que podría elevar aún más la medición de la inflación. Aunque la implementación de esta nueva metodología fue retrasada, su posible impacto político podría ser significativo para la gestión de Milei, cuyo principal objetivo es la reducción de la inflación.