Manuel Adorni festejó el cierre del INADI, la institución que por 30 años apeló por políticas de integración y contención de las minorías.

Con una celebración en X, Manuel Adorni anunció la “muerte administrativa” del INADI. Durante su campaña, Javier Milei tenía a la institución como su principal objetivo a destruir. Este martes, se realizó el cierre definitivo que forma parte de su plan de destrucción del Estado nacional.
No es casual que La Libertad Avanza apueste por la eliminación del instituto que durante casi 30 años generó políticas de integración y contención de las minorías, luchó contra toda forma de xenofobia y racismo, y promovió acciones de defensa de derechos, pluralidad, igualdad y educación. Con un discurso cargado de violencia y discriminación, la gestión del presidente Milei cumplió con su promesa y dejó sin trabajo a cientos de trabajadores que cumplían con las tareas administrativas en todo el país.
Durante meses, LLA instaló en los medios y gracias a sus operadores que el INADI era un “nido de militantes” y que no servía para nada. Atacando a les referentes de los espacios, con denuncias mediáticas y afirmando que era “moneda de cambio de favores políticos”, justificaron una decisión arbitraria que propone un futuro cargado de violencia.

El decreto de eliminación del INADI
Los argumentos para el cierre que figuran en el decreto firmado por Javier Milei, Guillermo Franco y Cúneo Libarona son de lo más variado y arbitrario. Dice que la Constitución ya “garantiza la igualdad de oportunidades” y que durante años el INADI funcionó bajo un “estado de ineficiencia e incumplimiento de sus finalidades”.
Resalta que otro de los motivos del cierre es “ordenar y equilibrar las cuentas públicas” para que “se dirijan a quienes más lo necesitan”. Luego asegura que una auditoría realizada durante los últimos meses demostraron “graves irregularidades” que no se detallan, el “retraso injustificado en la solución de denuncias” y la “ineficacia e ineficiencia en la obtención de resultados concretos”.
También se cuestiona el “sobredimensionamiento excesivo de la estructura” que funcionó en 44 sedes dispuestas todo el país con un total de 431 empleados. Algo así como 10 empleados por cada oficina en distintas ciudades. De la misma manera le critica la falta de elaboración de un “plan nacional contra la discriminación”, como si el armado de esa única acción fuera imprescindible para el variopinto de acciones desplegadas en todos los frentes.

El decreto cierra: “Teniendo en cuenta el fracaso del instituto” de “los graves inconvenientes detectados”, de las “irregularidades en la gestión de los recursos” e “incumplimiento de sus funciones específicas para combatir la discriminación, la xenofobia y el racismo”, el Gobierno decidió “disolver con urgencia” el organismo. Las funciones, materiales y fondos del INADI pasarán al Ministerio de Justicia comandado por Mariano Cúneo Libarona, aunque en rigor siempre funcionó bajo la órbita de esa cartera.
Un organismo clave para combatir la discriminación
Fue creado en 1995 por el gobierno de Carlos Menem, luego de los atentados a la Embajada de Israel y a la sede de la AMIA. El organismo fue pionero en la generación de políticas a favor de los derechos de toda la población. Promovió denuncias y acciones contra la discriminación por nacionalidad, orientación sexual, referencia ideológica y abusos contra las minorías, entra otras iniciativas. Tuvo también a su cargo la capacitación del personal de instituciones públicas y privadas a favor del pluralismo.
El INADI activó investigaciones contra grupos y personas que llevaban a cabo prácticas discriminatorias; desplegó por todo el país campañas de concientización a favor de la integración, tolerancia y respeto; brindó asesoramiento gratuito a víctimas, y activó legislaciones a favor de la integración.