No habrá más trabajadores sociales en formación. Se encargaban de acompañar a los niños y las familias que sufrían abusos y problemas de salud. Se trata de una decisión política y no presupuestuaria.

El Ministerio de Salud cerró la residencia de trabajo social del Hospital Garrahan en una decisión que obedece a un mandato político y no a un recorte presupuestario debido a que aumentaron las vacantes de otras áreas como las médicas del centro de salud. Los trabajadores advierten que su rol es clave en el acompañamiento de los niños y las familias que llegan al hospital por una situación de abuso o con alguna patología médica.
“Esto es un ataque al abordaje interdisciplinario de la salud. La visión de los sujetos con los que trabajamos como seres humanos con derechos que requieren un abordaje integral de todas las disciplinas es la característica dañada. El ataque tiene la intencionalidad de individualizar más a las personas, de dejarlos solos”, explica a El Destape la licenciada Inés Tsakoumagkos, Trabajadora Social de planta y miembro de la Comisión Directiva de la Asociación de Profesionales y Técnicos del Garrahan.
En el área social, el hospital Garrahan tiene 19 trabajadores de planta permanente, dos becarias y seis residentes que ahora se dan de baja. En términos de formación, el centro médico es el único de alta complejidad en pediatría que permite la participación de trabajadores sociales.
Los residentes del Garrahan juntan firmas en una cuenta de Instagram para impulsar el reclamo. El miércoles darán una conferencia de prensa en la entrada del hospital de combate de los pozos
“Los residentes acompañamos a familias en tratamientos médicos prolongados, pero también en otras situaciones límites como situaciones de violencia sexual y de maltrato contra niños, niñas y adolescentes”, explica Dalila Cerrotti, trabajadora social Residente de segundo año.
Por algunos comentarios que recibieron al momento del anuncio del cierre de la residencia, los especialistas consideran que el Gobierno de Milei cree que el rol de los trabajadores sociales es estar en la calle. “Hacemos abordajes en todo el país. Estamos en el sistema ambulatorio, en internación, en situaciones de maltrato infantil y en equipos de trasplantes”, añadieron.
El trabajo social es clave en momentos de crisis como el actual
Los médicos del Garrahan expresan que los pacientes no solo acuden buscando salud, también se acercan por alimentos. El trabajo social es clave en este punto ya que permite que las familias que viajan desde el interior tengan la posibilidad de ser atendidos y que tengan la posibilidad de ser alojados.
Durante el verano, el ministro de Salud, Mario Lugones, festejó el déficit cero en el hospital. Lo que no dijo que hubo un recorte brutal de sueldos de médicos y médicas, generando un éxodo de profesionales de la salud y el cierre por goteo de un jardín maternal.
El Garrahan, el hospital pediátrico más importante de Argentina
En el centro de salud, ubicado en Pichincha 1890, se hacen cirugías de alta complejidad en niños con cardiopatías congénitas como bypass, corrección de malformaciones y trasplante cardíaco. También se realizan neurocirugías vinculadas a tratamientos de epilepsia refractaria, hidrocefalia, tumores cerebrales, malformaciones del sistema nervioso central.
En esa línea, los profesionales también se ocupan de intervenciones oncológicas como la extracción de tumores sólidos, neuroblastomas y osteosarcomas. Además de procedimientos que, lógicamente, acompañan tratamientos de quimioterapia o radioterapia.
Sin los residentes de trabajo social, los pacientes quedan aislados y sin un tratamiento integral que aborde los problemas en sus hogares.