En Santa Fe, en medio de la ceremonia histórica por la presentación de la nueva bandera de la ciudad, Maximiliano Pullaro dejó una señal política imposible de pasar por alto: el gobernador volvió a cargar contra el Gobierno nacional por las “deudas millonarias” que mantiene con la provincia y anticipó que trabaja para concretar en los próximos días una reunión clave con el ministro del Interior, Diego Santilli. El vínculo con la Casa Rosada, deslizó, está abierto, pero la paciencia es finita.

El mandatario aseguró que la comunicación con Santilli fue constante durante la última semana, aunque por ahora no hubo encuentro presencial. “Posiblemente el ministro venga a la provincia. Y si viajo a Buenos Aires, también podemos tener esa reunión”, admitió Pullaro. El contacto existe; el acuerdo, todavía no.
El reclamo que atraviesa todo
En el centro de la agenda está la deuda histórica que Nación mantiene con Santa Fe, un reclamo que el gobernador elevó de tono. “No podemos dejar de insistir de manera institucional por lo que le corresponde a la provincia”, afirmó. La cifra, recordó, es equivalente a toda la inversión en obra pública prevista para este año, un parámetro que expone la magnitud del conflicto.
Pullaro resaltó que Santa Fe está ejecutando tres veces más de la obra pública registrada en el mejor año de inversión de la gestión anterior. Y que esa expansión, dijo, depende de que Nación salde compromisos largamente postergados. “Es una deuda que no puede seguir esperando”, advirtió.
Infraestructura: luces y sombras
El gobernador también apuntó a la necesidad de que el Gobierno nacional retome un ritmo sostenido en obras de infraestructura, especialmente en rutas estratégicas. Celebró la reactivación reciente de algunos proyectos paralizados durante casi dos años, aunque remarcó que el avance es todavía insuficiente. La provincia, insistió, no puede seguir absorbiendo sola el deterioro acumulado.
Seguridad, educación y políticas sociales: la otra mitad del tablero
Pullaro llevó además la discusión al terreno de la seguridad, un área donde su gestión concentra capital político. Reconoció avances en Rosario y otros puntos críticos, pero fue tajante: “Las organizaciones criminales no están terminadas. No están derrotadas”. Señaló que la cooperación con Nación debe profundizarse para sostener investigaciones, inteligencia y control territorial.
El abanico de temas que quiere sentar frente a Santilli incluye también educación y políticas sociales, preocupaciones que —según dijo— requieren una coordinación más estrecha en un contexto económico que golpea especialmente a los sectores más vulnerables.
Un mensaje político detrás del reclamo
Pullaro cerró con una definición que condensa su posición: Santa Fe reclama diálogo, pero con firmeza. “Las deudas de Nación no son un planteo político, sino institucional. Son recursos que le corresponden a la provincia y que necesitamos para sostener el desarrollo”, afirmó. Entre gestiones discretas y presiones públicas, el gobernador busca algo más que fondos: busca previsibilidad, una palabra que en la Argentina actual pesa tanto como cualquier cifra del presupuesto.